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Mikel García, youtuber e instagramer, pertenece a la generación de los millennial, esa generación que ya ha empieza a alcanzar la madurez. Estudiemos un poco los intereses y motivaciones de la generación que se define como exigente ecológica y emocional de la mano de Mikel García, un apasionado de la naturaleza y el deporte.
K. Casi la mitad de tu generación coloca el cambio climático en el primer puesto de vuestra lista de prioridades, según el Foro Económico Mundial. ¿Sientes que esto sea así?.
M. Mi generación la veo como una generación a la que no le gustan las injusticias y lucha contra ellas. Si, creo que estamos muy volcados con el cambio climático, pero por otro lado también nos gusta luchar contra cualquier desigualdad o injusticia. Tanto medioambiental como social.
K: ¿Conoces el movimiento por el cambio climático “Fridays for future”, liderado por Greta Thunberg, la joven activista sueca?.
M: Sí, he publicado varias veces contenidos de “Fridays for future” en mis redes sociales, motivando a mi audiencia a sumarse a la causa y salir a la calle a protestar por algo tan importante. Me parece necesario hacer ruido para que los gobiernos o gente con poder puedan poner alguna medida para reparar el daño que estamos haciéndole al planeta.
K: También dicen de los millennials, que os sentís decepcionados con el compromiso de las empresas con la sociedad. El 70% de los encuestados en “2018 Deloitte Millennial Survey” refleja un malestar al sentir que la empresa para la que trabaja se preocupa exclusivamente de los resultados financieros y no del impacto social que tiene. ¿Te sientes uno más de ese 70%?.
M: Sí, y a much@s de nosotr@s nos entristece saber que la empresa para la que estás trabajando quizás no hace todo lo posible para no causar daños medioambientales o evitar desigualdades sociales (con salarios dignos, conciliación familiar, …). Sabemos que es difícil y que en muchas ocasiones poco podemos hacer, pero podemos dar voz y crear conciencia social y medioambiental responsable en nuestras organizaciones si esto forma parte de nuestras reivindicaciones como trabajadores, apoyándonos un@s a otr@s
K: Ante este panorama convulso donde parece que la sostenibilidad sea el eje transversal, y después de ver tu perfil de Instagram donde se ve que eres un apasionado de la moda, ¿cómo ves en todo esto el encaje de la moda y las tendencias?.
M: Lo veo un tema delicado, ya que por lo general tod@s somos conocedor@s de los problemas medioambientales, pero no siempre nos acordamos a la hora de consumir. A todos nos gusta vestir con ropa bonita e ir a las mejores tiendas, pero a menudo nos olvidamos de asegurarnos comprar a las marcas que nos garanticen un mínimo respeto por el medio ambiente o regulación del trabajo en condiciones dignas. Una generación por el cambio.
K: Tienes algún hábito sostenible a la hora de consumir moda que te gustaría compartir aquí?.
M: Intento llevar un estilo de vida minimalista, es decir, si tengo X sudaderas y X camisetas ¿para qué comprar más si no me hacen falta? También me gusta mucho comprar en mercados de segunda mano, ya que hay muchas prendas que están en muy buen estado y además ahorras un poco de dinero.
K: Y por último Mikel, crees que se puede apoyar un consumo de moda sostenible y crear entre todos una comunidad más sensibilizada y conocedora de estos temas gracias a las redes sociales y el uso que tantos como tú hacéis de ellas?.
M: Por supuesto, de hecho creo que consumir moda sostenible es más fácil de lo que nosotr@s mism@s creemos; sin embargo, hay mucha falta de información respecto a este tema. Mucha gente cuando escucha ‘moda sostenible’ cree que es ir vestid@s como hippies y esa no es la realidad, por ello creo que las redes sociales son una gran herramienta para mostrar a la gente modos de llevar un estilo de vida más sostenible. Hay infinidad de métodos gracias a los avances que se hacen a diario para crear prendas sostenibles, uno muy conocido por ejemplo, es mediante la recogida de plásticos en playas, etc… Se crean prendas que luego la gente puede llevar en su día a día.
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