Eso que un día fue un premio o un capricho, que luego se convirtió en tu prenda fetiche hoy sabe la cantidad de veces que abres el armario y la miras de largo «Mmmm… Hoy, no», dices. Y ahí se queda. «¿Donarla? Algún día»

Esto, en el mejor de los casos. Porque también está esa prenda con etiqueta que jamás compartió algo contigo. Ni una cena, ni una confesión de tu amiga… ni siquiera fue pijama con tarrina de helado y serie romántica. Nada. No tiene historia, pero tiene un lugar en tu armario.

Como aquella prenda que te dio tu hermana. Que sí, que es de tu estilo. Que te la dio con cariño… que, bueno, está bien… pero nunca llega el día de re estrenarla. Pero sientes que le debes algo a esa prenda o a tu hermana.

Y, ¿sabes qué? En tu armario, esa prenda que un día fue ilusión, es solo un poco de tela que sientes que debes tenerla. ¿Para qué? Buena pregunta.

Sin embargo, mientras tú solo tienes una prenda, en Koopera sabemos cómo hacer para que sientas el orgullo de no tenerla. De donar para que tengas más.

Porque cada prenda que donas, se convierte en trabajo y en oportunidad de otros. Y también en ideas que cobran vida en las mentes de creativas de las personas que las transforman en nuevos diseños. Tal vez entre esas costuras que tienes colgadas en tu armario, está la solución para reciclar camisetas y convertirlas en mascarillas o bolsos o… ¡anda, tú, a saber qué más puede inspirar! ¡Ni te imaginas lo que se puede conseguir a partir de un trozo de tela!

¿Por qué donando tienes el doble?

Es algo muy simple. Para que esa prenda llegue a tu armario, alguien la pensó, alguien montó una empresa, una mente la diseñó, alguien la dobló y alguien la vendió… Un día llegó a tus manos y le diste una vida magnífica. La disfrutaste, en el mejor de los casos.

Sin embargo esa prenda ya no tiene nada que ver contigo. Sientes una especie de apego que no te deja desprenderte de ella y, a la vez, le quitas la oportunidad de seguir dando esa felicidad que sentiste cuando la recibiste.

En cambio, el simple gesto de donarla en uno de los contenedores de Koopera, hace que comience una cadena de cosas buenas para la prenda, para personas que ni siquiera conoces y, por supuesto, para el medioambiente. Es decir, para ti también.

Donando tienes el doble de personas felices que te rodean

Por un lado, alrededor tuyo hay personas que —aunque no las conozcas— no tienen recursos suficientes para tener una prenda pueda ser la llave de su próximo empleo. Ese, que le permita salir de esa situación en la que se ve. Así como a ti te gusta verte bien, a Blessing también le gusta verse bien. Pero no puede acceder a nada más de lo que tiene.

Pero ¿quién es Blessing? Es la próxima vendedora telefónica que te ofrecerá un descuentazo que te alegrará el día. O la dependienta del súper que te devolverá una sonrisa el día que estés de bajón. O es aquella chofer de bus que te llevará a la mejor aventura de tu vida… ¡Qué más da su nombre! El hecho es que, un día, tu camiseta será la diferencia entre sentirse abrumada por la situación o enfrentarse a una oferta de trabajo que le cambie la realidad.

Como Blessing está feliz con su trabajo, empieza a estudiar y a especializarse en lo que le gusta. A su vez, ella también un día puede darle una tercera o cuarta oportunidad de ser algo importante para alguien, donando tu prenda.

Esa prenda que está colgada en tu armario, puede convertirse en la oportunidad de alguien. Y, lo más seguro, es que, de alguna manera, la felicidad que das te llegará de vuelta.

Un simple gesto que te convierte, enseguida, en motor del cambio social. Tu prenda vuelve a ser útil dando un poco de esa felicidad que te dio a ti.

Donando tienes el doble de momentos buenos en tu ciudad y medioambiente

Seguro que has escuchado lo del consumo responsable. No se trata de que dejes de tener cosas que necesitas, sin importar cuál sea tu estilo de vida. Se trata de poseer con cabeza, de una manera responsable.

Ya hay muchas iniciativas y marcas que trabajan con comercio justo, con algodones o materias primas orgánicas. Ya se está trabajando en telas a partir de piel de plátano o de otras plantas que se utilizan para otras industrias o a partir de tejidos reciclados. Eso está muy bien, porque en vez de utilizar “nuevos” recursos, se re utilizan los que ya están en el mercado.

Pero, claro, mientras ellos se encargan de generar nuevas prendas de manera responsable, hay muchas en circulación que ya han tenido un impacto negativo en el medio ambiente y están dando vueltas.

A pesar de todas estas iniciativas responsables, la industria textil y la moda continuan siendo los segmentos más contaminantes, después del petróleo.

En Estados Unidos, cada año se desperdician 15 millones de toneladas de ropa que terminan en vertederos. Para que te hagas una idea de la dimensión del desperdicio, un Boeing 747 cargado de combustible, con pasajeros y sus equipajes, pesa 404 toneladas… es decir que serían unos 38.000 aviones, por año… en ropa. ¿Cuánto pesa tu camiseta? ¿Gramos? Pues imagina la cantidad de desperdicio que genera ese país por año.

Está, bien… es un país grande, muchos habitantes… consumismo… échale la culpa a lo que quieras. Pero en España desperdiciamos 800.000 toneladas. 1.981 Boeings 747 ¿Muchos? Muchísimos. Y no solo que se desperdician. Es que para crearlos, ya han impactado de forma negativa a través de los vertidos de la fábricas, los tintes y tratamientos para las telas y, todo eso, para nada… a la basura. Menos mal que el  movimiento slow fashion, la moda sostenible y la ropa ética, ya están ganando terreno a este despilfarro.

También hay marcas grandes que están cuidando la producción y gestión de sus residuos y, eso, es una gran noticia.

Porque la contaminación del agua, significa la contaminación de las aguas subterráneas colindantes a ríos y lagos. Ecosistemas dañados que ven limitado el cultivo y la supervivencia de las familias de las zonas contaminadas. Que también está el CO2 y, ese, no queda lejos. Lo tienes en la boina de Madrid y también en tu ciudad.

Así que esa camiseta que tienes en el armario, no la ocultes. Que no te de vergüenza tenerla, ni sientas un apego tan grande que no te permita desprenderte de ella.

Hay miles de cosas buenas que tienes cada vez que donas tu ropa en los contenedores de Koopera.

¿Quieres saber dónde está tu contenedor Koopera más cercano? Es hora de donar porque es necesario y no porque te sobre.

¿Cómo te sienta la sonrisa de Blessing cuando te recibe en el supermercado y te hace un gesto que te cambia el día? ¿Cómo te sienta poder disfrutar a pulmón lleno de ese paisaje en la costa y de ese río que, hasta hace poco, ni podías pisar?

¿Cómo te sienta saber que donar la ropa que tienes colgada en tu armario sin usar, puede hacerte tener mucho más de lo que tienes hoy?

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