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30 años en las trincheras, y está claro que no son suficientes.
Desde el inicio de la andadura de Koopera, de la mano de un puñado de  fantásticos@ loc@s”, hasta el día de hoy, si hay algo que no hemos hecho ha sido cambiar.

Desde que surge la idea del proyecto nos movió el deseo de ayudar a las personas que más difícil lo tienen, y en seguida se vio aflorar una realidad:
la mujer era el sexo que sufría con mayor rigor las durezas de la exclusión.

¿Cómo tratar esta desigualdad?
A pesar de llevar ya 30 años en ello, hemos de decir que el problema de base no ha  cambiado demasiado; la mujer sigue siendo el sexo que llama a nuestras puertas con historias más dolorosas y el que, en el mayor número de casos lleva grandes cargas familiares a sus espaldas.

Por lo tanto, seguimos sin tener la receta mágica para el cambio de paradigma, sobre todo porque Koopera se encuentra en final de una cadena donde los principales artífices para el posible cambio somos tod@s, pero donde cobran un papel especial nuestras instituciones.

Instituciones como el IMIO (Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades) que nos ha ayudado a poner en marcha gracias a su financiación el proyecto “Empléate con nosotras”, un proyecto para conseguir la integración de 75 mujeres en situación de vulnerabilidad a través del desarrollo de 5 itinerarios formativos en varias provincias del
estado.

Estamos content@s de mirar atrás y saber que hemos estado acompañando en el camino a muchas mujeres que no lo tenían nada fácil con la única intención de propiciar un cambio en sus vidas. Éste el motivo por el que estamos cada día al pie del cañón y el que nos hace seguir en la pelea:

Inclusión social para una sociedad más justa.

 

Gracias de parte del equipo que formamos Koopera, por colaborar en
construir una sociedad mejor.

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