Hay residuos que el sistema actual de reciclaje no sabe gestionar.
No porque falte voluntad, sino porque su complejidad supera las soluciones convencionales disponibles.
Cada año, grandes volúmenes de plásticos de difícil reciclaje procedentes de sectores como la automoción, los aparatos eléctricos y electrónicos, el textil o los plásticos urbanos e industriales terminan en vertederos o se destinan a valorización energética. En Euskadi, esta realidad supone una pérdida de recursos y una oportunidad desaprovechada para avanzar hacia una economía más circular y competitiva.
CHEMCYCLE nace precisamente para abordar ese punto ciego del sistema: investigar y desarrollar nuevas estrategias de reciclaje químico que permitan transformar residuos complejos, hoy sin salida, en materias primas de valor para la industria.
El desafío de los residuos plásticos complejos
Residuos procedentes del tratamiento de vehículos fuera de uso (VFU o ASR), de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), del sector textil, del papelote, del caucho y de los plásticos urbanos e industriales presentan una complejidad que dificulta su reciclaje mediante procesos convencionales.

En la actualidad, una parte significativa de estos materiales se deposita en vertederos o se destina a valorización energética, desaprovechando su potencial como recurso y generando un impacto ambiental añadido.
Reciclaje químico: una nueva vía para recuperar valor
El proyecto CHEMCYCLE realiza una investigación industrial aplicada sobre tecnologías de reciclaje químico orientadas al tratamiento de residuos plásticos de difícil reciclabilidad.
El proyecto trabaja en el desarrollo y optimización de procesos como la pirólisis y la solvólisis, así como en sistemas de clasificación inteligente mediante inteligencia artificial, con el objetivo de aumentar la pureza de los materiales destinados al reciclaje químico y mejorar los rendimientos de productos líquidos y monómeros circulares.
De residuos complejos a nuevas aplicaciones industriales
CHEMCYCLE avanza hacia la transformación de estos residuos en materias primas de alto valor, reincorporables a distintos sectores industriales. Entre las aplicaciones investigadas se encuentran:
- asfaltos ecológicos,
- adsorbentes para aguas,
- aceites de pirólisis,
- biocidas para maderas,
así como la gestión eficiente de los efluentes y aguas residuales generados durante los procesos.
Este enfoque permite desarrollar los conceptos Plastic2Plastic y Plastic2Chemicals, ampliando las posibilidades de reincorporación de residuos complejos al sistema productivo.
Impacto esperado: industria, economía y clima
CHEMCYCLE se plantea como un proyecto de escala estratégica, con impactos relevantes en distintos ámbitos:
- Procesamiento de hasta 285.000 toneladas anuales de residuos plásticos complejos.
- Recuperación de recursos valorados en 14 millones de euros al año.
- Reducción de 140.000 toneladas de CO₂ equivalente al año.
- Desarrollo de 18 nuevos productos, 22 procesos mejorados y 6 posibles patentes.
- Creación de empleo especializado y refuerzo de la competitividad industrial.
El papel de Koopera
Koopera forma parte de los ecosistemas de innovación que trabajan para dar respuesta a los límites del reciclaje convencional. Su experiencia en la gestión de residuos y su conexión con la realidad del territorio aportan una visión práctica clave para que las soluciones desarrolladas en CHEMCYCLE puedan avanzar hacia modelos eficientes, optimizados y económicamente viables.
CHEMCYCLE está financiado por el Departamento de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad y cofinanciado en el marco del Programa FEDER del País Vasco 2021–2027. El proyecto contribuye a la Estrategia de Economía Circular de Euskadi 2030, al Pacto Verde Europeo.
Mirar de frente los límites del reciclaje
CHEMCYCLE demuestra que avanzar hacia una economía circular exige también reconocer los límites del sistema actual y trabajar en soluciones que permitan superarlos. Frente a residuos que hoy no encajan en los modelos convencionales, la investigación industrial aplicada abre nuevas oportunidades para recuperar valor, reducir impacto ambiental y reforzar el tejido industrial.
Cuando reciclar ya no es suficiente, la innovación se convierte en una necesidad estructural.




